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El grupo chií libanés Hizbulá ha elevado a 17 el número de sus militantes fallecidos tras el reciente bombardeo del Ejército israelí en la periferia de Beirut.
Entre las personas fallecidas se encuentran dos altos mandos: el comandante Ibrahim Aqil y Ahmed Wahbi, dirigente del cuerpo de élite Fuerzas Radwan.
¿Qué otros lugares se han visto afectados por el bombardeo Israelí?
Asimismo, el ataque, que también resultó en el colapso de un edificio residencial, dejó un saldo total de 37 muertos, incluidos tres niños y siete mujeres, además de 68 heridos. Las labores de desescombro y búsqueda continúan en el suburbio de Dahye, donde se han reportado restos humanos aún no identificados, según el Ministerio de Salud libanés.
Cabe resaltar que Hizbulá ha ido confirmando las muertes de sus militantes a través de una serie de comunicados durante el día. Entre las víctimas destaca Ahmed Wahdi, un veterano del grupo que, tras ser capturado por Israel a los 20 años, ocupó distintos cargos dentro de la organización tras su liberación. Wahdi fue una figura clave en la Unidad Central de Entrenamiento de Hizbulá hasta 2007 y dirigió las operaciones de la Fuerza Radwan hasta principios de 2024, cuando regresó a su rol en la unidad de entrenamiento tras la muerte del comandante Haj Wissam Al Tawil.
El comunicado sobre Ibrahim Aqil también reveló detalles sobre su trayectoria dentro de Hizbulá, donde se destacó como parte de la «generación fundadora de la obra islámica en Beirut«. Nacido en 1962 en el Valle de la Bekaa, Aqil ocupó diversos cargos de liderazgo, incluyendo el de vicesecretario general de Operaciones, supervisando el desarrollo de la Fuerza Radwan hasta su muerte. Israel lo identificó como jefe de Operaciones Militares del grupo, lo que añade un componente estratégico a su importancia dentro de la organización.
Este ataque se produce menos de dos meses después de que un asalto israelí acabara con la vida de Fuad Shukr, el entonces máximo comandante militar de Hizbulá, también en Dahye.
Hasta el momento, la violencia se intensifica en la región, especialmente después de que una serie de explosiones simultáneas afectaran a miembros de Hizbulá, resultando en 37 muertes y casi 3,000 heridos. La situación actual sugiere un incremento en las tensiones y un ambiente de incertidumbre en el Líbano.